Te amo...

En una noche no de Lunnä Llena, llegó esto a mis manos, sin aviso, pero con una lagrimita por extrañar tanto a esa persona... Es de esas veces que no puedes contener lo que traes y, sin embargo, no te queda más que tranquilizar tus ansias... Hoy, hace una semana exactamente de que esto entró en mi libretita y... Bueno... Es otra historia...

Te amo...

En cualquier momento
me caigo y me rompo en tres.
Un pedazo es sólo mío,
otro, el que comparto con todos
y el tercero, el que siempre
se parte en dos...

Esa parte que no sabe
si es tuya o mía o de los tres.
La que no tiene razón para amarte
ni palabras para poseerte
ni motivos para entregarme
ni mieles para comerte.
Posee el tiempo del mundo,
el que pierde y corre,
el que vuela y presume,
el que no regresa y se pierde
de nuevo.
Esa tercera parte
que muestra diez más:
para ver tus ojos,
para oler tu cabello,
para sentir tu cuerpo,
para calentar tus hornos,
para rozar tus labios,
para oír tus versos,
para comerte a besos,
para formar tus años,
para crecer tu ego,
para partirse de nuevo...

No puedo huir de ti.
No quiero.
Pero, a veces,
cuando llega la noche
y duermo con las sábanas,
me pesa amar tu presencia
de guerrero nocturno
y detesto,
de la sustancia,
tu ausencia...