Que no te vendan amor sin espinas

"¿Lo ves? Sólo fueron cuatro días y pasaron sin pena ni gloria. Espero te hayas dado cuenta de que tu vida sin él (mi-él) también existe."

Pues sí... Mi vida existía antes de él y, si llegara a faltarme, ya fuera porque él lo decidiera así o porque el destino se lo llevara, es probable que mi vida siga existiendo. Digo 'probable' porque no se sabe cuándo el mismo destino pueda disponer de ella...

El punto es: sí, mi vida sin él también existe; sí, durante cuatro días no lo vi, no lo abracé, no lo escuché y seguí respirando hondamente para poder sumergirme en el mar a nadar...

Pero, si algo también es cierto, es que las cosas a su lado toman un sentido totalmente diferente; totalmente nuevo, a veces y que, de algún modo, tal vez 'clavado', yo no quiero pensar en que mi vida (la que viene) exista sin mi-él. Y, obviamente no me refiero a unos días sin verlo. Me refiero a LA vida.

Entre los dos hemos decidido que queremos creer-querer-sentir-vivir-crear un mañana juntos... Ayer llegó un punto en el que, platicando conmigo misma, no supe cómo describir lo que siento por él, porque nunca había llegado mi corazón a palpitar tanto, a desear tanto volver a ver a alguien, a abrazarle y besar sus cálidos labios, nunca había mi cabeza sostenido una misma nota tanto tiempo, nunca habían mis huesos extrañado EL dulce dolor de aquel modo, nunca mi mala memoria había sido tan ingrata, tan dura y tan amable conmigo a la vez, nunca un "a-veces-siento-que-me-ocultas-algunas-cosas" me había puesto tan triste, nunca un "al-menos-pude-decírle-cuánto-lo-amo" me había hecho tan feliz, nunca hablar con alguien, por corto y frío que haya sido el momento, me había dejado con la mente descansada por no saber de aquella persona...

En mi pecho siento como algo clavado, deben de ser las espinas del amor: tan dulces, tan solemnes, tan irrespetuosas, tan saladas, tan doloras, tan aromáticas, tan... Tan... No sé qué decir. No sé cómo puedo pretender que un "te amo" explique todo lo que llevo dentro, cómo dejar que dos palabras lo digan todo, como si alcanzaran a expresar el escalofrío de tener una pesadilla en la que él puede no estar bien, como si entendieran el temblor de mi piel al sentir una caricia suya en mi espalda, como si hablaran con las ansias que siento cuando lo espero mientras sale, como las ganas de tomar un taxi en vez del pesero para llegar a su casa antes, como si recordaran el nombre de cada una de las flores mejor que yo, como si pudieran sostener el tiempo lo suficiente para hacer de esto algo infinito...

Ya no sé cómo decirlo... La verdad es que, la imaginación se cansa de pensar en el cómo... Las canciones ya no pueden decirlo todo... Los poemas, se quedan todos cortos..

Es simple, es puro, es tantas 'cosas' y a la vez tan pocas... El vocabulario humano es tan corto, tan pobre se ha vuelto con los años...

No queda sino seguir intentando,
no queda sino seguirte amando...