He decidido no dar antecedentes, pues mi objetivo no es que las personas lo lean y se enteren de todo. Quienes tenemos que saberlo, ya estamos al tanto. Empecemos, pues…
Uno.
A pesar de toda la tormenta, hoy me siento infinitamente mejor. Me siento, incluso, más segura de mí y me doy cuenta de que la decisión que tomé no fue al azar, como llegué a pensar en mis peores momentos, en estos escasos días. Para mí, al menos, fue lo mejor, porque me brinda la oportunidad de entender todo lo que estaba sucediendo; de salir un poco y mirar las cosas desde afuera y, por fin, pensar con más calma.
Dos.
Hoy por hoy entiendo que si no vuelves, del modo en que yo quiero y creo que se podrá, será porque, entonces, no vales la pena para mí. Porque alguien que no lucha por la persona que dice amar, me parece en extremo cobarde. Sea cual sea la manera de luchar y de hacer notar, además, su lucha: ya sea sanar, hacer entender, entender por uno mismo, etc. Me ha dolido esta conclusión, pero es la verdad. Sin embargo, estoy tranquila, porque me has demostrado que no eres un cobarde; que no eres uno más.
Tres.
Ya lo dije, pero lo extiendo: me siento más segura. Justo en estos días me han pasado cosas muy curiosas. Ale T. me agregó al FB cuando yo lo abrí. Acto seguido, cuando yo abrí mi Twitter, creí que sería una correspondencia agregarla. Además, tenía la idea de que funcionaba similar al FB en el sentido de: más sigues, más seguidores, más gente para la página del changarro. Como sea, ella me rechazó la entrada (dos veces seguidas). Lo más curioso no es eso. Hoy justo me di cuenta de que me desechó del FB. ¿Pretexto para encontrarte? ¿Mera casualidad? Ya no sé. Pero no le dedicaré más que este párrafo a este tema, porque he entendido algo que me ha llevado al punto…
Cuatro.
Hay personas en este mundo que son amigos de verdad y otras tantas a quienes se les puede llamar así sólo por el puro gusto, como en FB, justamente. En la vida, incluso, tenemos amigos de la secundaria, amigos de la prepa, amigos del trabajo, pero la mayoría entiende que de los verdaderos amigos sólo existe una categoría. Mucha gente, aunque la sigamos queriendo y pensemos que aún haríamos muchas cosas por ellos, no son tan importantes, pues no han estado cerca en los momentos necesarios (a la mayoría ni los llamas para tu cumpleaños). Eso sí, se pueden poner en contacto para salir una vez, dos veces cada cierto rato, pero, aunque nosotros queramos verlos como amigos de verdad (eso sonó a Pinocho), la única realidad es que no lo son, porque ya no los llamamos si tenemos un problema (al menos no a todos) y muchos de ellos sabemos que sólo nos buscaron, buscan y buscarán mientras los tengamos incluidos en las redes sociales. No sé si así lo entiendan todos. Mucho más importante para mí: no sé si así lo entiendas tú. Creo que estás consciente de que tienes amigos contados y aunque digas: El viernes voy a ver a X amigo/a, el martes me habló Juanito/a y etc., estás seguro de quiénes son tus amigos de verdad. A los demás los quieres, pero no los buscas como a aquellos pocos que no te dejarían aunque les dieras un zarpazo en la cara.
Cuatro bis.
Yo había olvidado eso. Hay gente importante, gente que no lo es tanto, gente que sólo es contacto y etc. Con todo ese relajo, olvidé que yo era de las personas de verdad importantes. Debo decir que tampoco era sencillo recordarlo contigo al teléfono viendo quién Twitteaba y quién no. Pero sólo eso: ERA. ¿Quién soy yo, al fin y al cabo, para impedirte que lo hagas? Pues sí hay respuesta: soy una persona importante en tu vida. Según tus palabras, la más importante. ¿No merecía entonces un poco más de atención? ¿No merecía que intentaras más entenderme que decirle al mundo que querías atole? Eso sí no lo sé. Supongo que he hecho muchas cosas (buenas y malas); uno mismo no siempre está consciente lo que merece. Sin embargo, aunque esa pregunta no tenga respuesta, estoy ahora segura de algo: si soy importante para ti, debes demostrarlo, con decirlo no basta. Esto me lleva a que tú eres importante para mí y, llegado el momento, te lo seguiré demostrando y así entiendas que yo también necesito acciones para saber que lo soy.
Duda:
¿En verdad valió la pena todo el relajo que fue causado por personas que, en su mayoría, al menos yo, ahora entiendo como no importantes/no tan importantes? Tal vez la pregunta sea: ¿qué tan importantes son esas personas en tu vida? ¿Valió la pena para ti?
En cuanto a mí, la respuesta final es no. Me entristece haber tenido una venda que me hiciera pensar que sí, pero en mi cabeza era válido de mil y una formas. Y mucho peor: ellas llegaban a tener más importancia que yo para mí, lo que me lleva al punto…
Cinco.
No hay nadie con más valor que yo (para mí). Es decir, uno mismo siempre debe ser el primero. Sinceramente, después de tanta golpiza de la vida, no sé cómo pude llegar a olvidar eso. He empezado a recuperarme. Creo que esta acción me llevará mucho tiempo, pues no sólo se refiere a revalorarme (almost done). Va desde hacer una limpia profunda (dentro de mí y a mi alrededor), recuperar a gente que me gustaría tener en contacto (de ésa que no es tan importante porque fue importante, pero ya no lo es tanto, ¿ajá?), disfrutar mi piano y mi carrera mucho más de lo que lo hago ahora, hacer más contactos, salir más por mi cuenta… Son muchas cosas y no sé cuánto tiempo tarde en rehabilitar todo eso (y algunas, habilitarlas por primera vez), pero lo haré, porque ahora sé que eso quiero.
Seis.
Te dije que iba a seguir creyendo, y eso hago. Creo que me regresarás aquel arete y hasta que no va a pasar mucho tiempo. Quiero creer que no llegará esto al mes, porque si yo he podido avanzar tanto en tan poco, tú, siendo más alto y fuerte, es probable que vayas a una velocidad más allá de la mía. Siempre es posible el cuento de la liebre y la tortuga, mas no importa, el punto es llegar a la meta.
Agradezco, sin embargo, la decisión que tú tomaste ante mis impulsos de un regreso, porque, estando fuera, he podido ver mucho mejor. Siento como cuando para la lluvia después de una noche y la mañana se ve simplemente hermosa. Así veo yo esto. Estoy tranquila, porque yo he llegado a muchas conclusiones. Hoy creo que todo ha valido la pena y que seguirás siendo parte de mí. Tarde o temprano.
Siete.
Aún tengo miedo de que el mes se cumpla y tú no vuelvas o de que lo hagas diciendo cosas no agradables, pero, a veces, los temores nos hacen creer todavía más. Los miedos nos hacen más fuertes. Y yo creo en ti. Creo con todas mis fuerzas…
Creo que éste ha sido el día más fuerte. En adelante, sé que seguiré pensando, dándome cuenta y zapes a la vez, pero no creo que llegue un día más grande y pesado que éste, donde llegue a crecer más. Tal vez hasta que EL día llegue.
Ocho.
(Nótese que, no por ser más pequeño el texto, significa menos, sino todo lo contrario)
Por cierto, como último comentario: hoy leí las palabras: Moshi Moshi en internet por ¿casualidad? Y sí, lloré mucho. Pero me calmé pensando en lo mismo: Moshi Moshi.
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