miércoles, 25 de febrero de 2009

Ahora, cada noche dialogo conmigo, pero sin mí

Antes de dormir, me sentía muy triste, no podía dejar de llorar. Mis ojos simplemente se ahogaban en mares de llanto que no comprendían. Pero, no eran los únicos, pues mis lágrimas tampoco podían comprender a mis ojos.

Yo me sentía triste, como si me hubieran estropeado alguno de los hermosos y preciados retratos que guardo en mi corazón. Sólo quería recostarme en mi cama con la esperanza de poder dormir un poco. De este modo, caminé hacia ella, me senté un rato muy corto antes de acostarme porque, no estaba segura de poder conciliar el sueño. Cuando por fin me decidí, dejé caer mi pesado aunque pequeño cuerpo hacia atrás. Fue por ello que golpeó mi cabeza fuertemente con la cabecera de la cama.

Eso me hizo pretender estar inconsciente unos momentos. Quise creer que me había quedado profundamente dormida y que, probablemente no despertaría. Trataba con todas mis fuerzas mentales de engañar a mi inconsciente. De verdad trataba, pero no podía siquiera de dejar de llorar...

Entonces, como a causa del choque de mi cabeza, comencé a escuchar un, "Ps, ps". Me dio mucho miedo. Sabía yo que era la única en mi cuarto o... O, ¿NO?

"Ps, ps... ¿Por qué lloran Ojitos?"

Caray, sólo dos personas en la vida me han llamado, Ojitos, pero, me hablaban en singular. ¿De dónde viene esa voz? Y, ¿si le pregunto? De todos modos, ella me habló primero.

"Ps, ps... Ya no lloren, Ojitos"

Ahí está otra vez. Le voy a preguntar. De lo contrario, cómo sé con quien hablo. Si me vuelve a hablar le...

"Ps, ps... Contéstenme, ¿sí?"

-Pero, no entiendes, no somos nosotros los que lloran, dijeron mis ojos para sorpresa mía. A partir de ese inesperado momento, sólo me dispuse a escuchar.

-Pero, yo los pienso llorar. En ese momento comprendí que la que hablaba era mi cabeza.

-No somos nosotros, ya te lo hemos dicho. De UN MOMENTO A OTRO, comenzaron a salir las lágrimas. Nosotros lloramos cuando necesitamos ser lubricados. A veces cuando ella bosteza o estornuda o algo extraño se quiere meter con nosotros, pero esta vez no es así.

-¿Seguros? ¿Ya intentaron parpadear?

-Ella está dormida, si parpadeamos, la despertaremos y nunca sabremos porque nos salen lágrimas. Además, estamos seguros de que no es por nosotros.

-Entonces, tendré que buscar quién más puede estar causando esto. Pero, no pienso dolor, ni tristeza, ni decepción, que pueden ser otras causas de un llanto así de irreparable.

-Tal vez porque hay otro sistema nervioso además de ti. Como si hubiera otro cerebro.

-¿Otro? ¡Claro que no! Eso es imposible. Yo soy quien controla todo esto. Hasta el corazón mismo puede depender de mí, si eso quiero.

Entonces, de la nada, una tercera voz se agregó a la conversación...

-No estés tan seguro que, aunque no es causa mía el llanto, sí hay otro sistema nervioso dentro y es el mío. Era mi corazón que latía a diferentes ritmos para que los otros pudieran traducir la melodía rítmica en palabras.

Cerebro: - Bueno, pero no es para tanto. Yo controlo lo demás.

Corazón: - Entonces, dinos, ¿quién es el causante de ese mar salado?

Ojos: - Sí, dinos, de lo contrario, corremos el riesgo de hincharnos y tener un pésimo aspecto mañana temprano.

Yo también quería saberlo. Necesitaba saber por qué no dejaba de llorar y me dolía de tal modo un algo en mi interior más allá de la médula espinal.

Cerebro: - Bueno, se me subieron un poco los humos, pero, tal vez sí pueda solucionar esto... Hay otro lugar que no controlo a pesar de mi gran alcance a todo el cuerpo. Tal vez sólo influyo un poco en ese lugar.

Corazón: - Bien guardadito que lo tenías.

Ojos: - Dinos cuál es ese lugar. Nos estamos cansando.

Cerebro: - El alma. Es ahí donde yo no influyo de manera primaria. Intentaré comunicarme con esa parte... ¡Alma! ¿Estás bien? ¿Eres tú quien llora de ese modo?

Alma: - ¿Perdón? ¿Quién es? Su voz se escuchaba quebradiza y débil.

Cerebro: Soy el amigo que piensa, ¿me recuerdas?

Alma: - Ah, claro, ¿qué quieres?

Cerebro: - Saber si estás bien. Hay alguien aquí dentro que llora desconsoladamente y no sabemos quién es.

Alma: - Ay, qué pena me da todo esto. Sí, soy yo. Lo que pasa es que me sentí muy mal. Muchas cosas han pasado a mancharme a mí y a mis recuerdos pasados, presentes y futuros. Algo llamado "dolor" se me clavó en una pierna y no me lo puedo sacar. Como consecuencia, se me derrama un líquido rojo que se hace llamar "esperanza".

¡Dios mío! ¡La esperanza es como la sangre!

Cerebro: - ¿Qué podemos hacer por ti, pequeña?

Alma: - Ayúdenme a sacar el dolor. Me lastima mucho. Tal vez si todos tiramos al mismo tiempo. Y, cuando digo todos, me refiero a cada órgano y a cada sentido, a cada parte vitalicia, sola no podré y me tardaré mucho.

Cerebro: - Está bien, pensaré lo suficiente para que todos tiremos y saquemos el dolor. ¡Ya escucharon! ¡Tiremos todos juntos!

Sentí un escalofrío desde mis pies hasta el pelo más largo de mi cabeza. Escuchaba mucho alboroto en mi interior. Sentí calambres en mis piernas y pies, que los vellos se me erizaron, un asco impresionante, un retorcijón como cuando tienes diarrea, que el pecho se me colapsaba, que la respiración se me cortaba, que mi cabeza me dolía, que mi piel se volvía como de gallina, se me volteó el mundo, sentía que me moría... No, mejor dicho, me quería morir...

Entonces, sentí que todo paró... Ya no había sensaciones desagradables o fuera de lo común ni voces ni alboroto... Me sentía mejor... ¡Ya no había lágrimas!

En seguida, me ganó el sueño y me quedé dormida. Entre sueños, vi a una mujer hermosa. Era de piel blanca y no me refiero a piel de un color carne-claro, no. Era blanca de verdad... Me veía de perfil, parecía que su otra mitad era de piel negra, tenía unos preciosos ojos grises, cabello plateado y unas alas muy bellas, llevaba también una túnica, al estilo griego. Me dijo, "gracias" con una voz melodiosa y llena de calma...

Las dos estábamos mejor ahora. Sin embargo, sólo ella y yo comprenderíamos que "dolor" dejaría una cicatriz profunda a la larga y que, corría riesgo de volver a abrirse en cualquier momento...

0 soñadores:

Your results:
You are Dark Phoenix
Dark Phoenix
83%
Apocalypse
79%
Riddler
77%
The Joker
71%
Dr. Doom
68%
Mystique
66%
Magneto
64%
Venom
62%
Juggernaut
62%
Poison Ivy
60%
Catwoman
58%
Mr. Freeze
57%
Green Goblin
54%
Lex Luthor
51%
Kingpin
51%
Two-Face
34%
A prime example of emotional extremes: Passion and fury incarnate.
Click here to take the Super Villain Personality Test